miércoles, 5 de agosto de 2015

La acumulación y distribución del excedente (II)

Hagamos un poco de memoria y recuperemos como se distribuye el excedente económico en el sistema capitalista y como se hace en el sistema socialista.

La distribución del excedente en cada sistema económico.

Los excedentes producidos por una sociedad son utilizados por los distintos grupos e instancias que la integran con fines diversos.  La distribución de este excedente determinará la existencia de mayores o menores desigualdades sociales, dependiendo de que dicha distribución sea o no equitativa.

En este sentido, la distribución del excedente varía en cada sistema económico.

En el capitalismo la apropiación del excedente es básicamente privada y se reparte mayoritariamente entre los propietarios de los medios de producción.  Es un sistema de distribución poco equitativo; no obstante, la acumulación de excedentes, gracias al crecimiento económico y la búsqueda de la rentabilidad, pueden facilitar que una parte creciente de la población se beneficie cada vez más del reparto de excedentes.

En el socialismo la apropiación del excedente es fundamentalmente colectiva.  Dado que todos los ciudadanos son propietarios de los medios de producción la distribución del excedente se realiza de forma equitativa entre la población.  Sin embargo, la ineficacia y la escasa productividad derivadas del sistema de gestión ha provocado que los excedentes a distribuir sean reducidos.

La distribución del excedente esta condicionada de dos formas:
  • La distribución de la riqueza, es decir, del conjunto de los recursos físicos que se utilizan para producir.
  • La distribución de la renta, entendida ésta como el total de la producción de una sociedad.  Ello, a su vez, depende de dos factores:
    • El nivel de retribución de los factores productivos (sueldos, interés y renta de la tierra).
    • La participación de cada factor productivo en la producción.
El reparto de la renta entre los factores productivos, especialmente entre el capital y el trabajo, se denomina distribución funcional de la renta.

La distribución de la renta en el sistema capitalista.

En los orígenes del capitalismo prácticamente la totalidad del excedente era apropiado por la burguesía.  El trabajador únicamente recibía la mínima retribución necesaria para asegurar la reproducción de su fuerza de trabajo.  Esta situación creaba tensiones sociales.  Por ello, el Estado, a través de los impuestos, también se apropiaba de parte del excedente con el objetivo de financiar las labores de vigilancia y represión, evitar así las revueltas y mantener las condiciones que favorecían la apropiación del excedente por la burguesía.

“La burguesía ha sometido el campo a la denominación de ciudad. Ha creado ciudades enormes, ha incrementado en alto grado el número de la población urbana con relación a la rural. Ha hecho depender a los países bárbaros y semibárbaros de los civilizados, a los pueblos campesinos de los pueblos burgueses, al Oriente de Occidentes. La burguesía va superando cada vez más la fragmentación de los medios de producción, de la propiedad, de la población. Ha centralizado los medios de producción y ha concentrado la propiedad en unas pocas manos.”
Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista. 1848

“La Revolución industrial inglesa fue precedida, por lo menos, por doscientos años de constante desarrollo económico (...). 
Las principales condiciones previas para la industrialización ya estaban presentes en la Inglaterra del siglo XVIII o bien podían lograrse con facilidad (...). 
Hacia 1750 es dudoso que se pudiera hablar con propiedad de un campesino propietario de la tierra en extensas zonas de Inglaterra y es cierto que ya no se podía hablar de agricultura de subsistencia (...). El país había acumulado y estaba acumulando un excedente lo bastante amplio como para permitir la necesaria inversión en un equipo no muy costoso, antes de los ferrocarriles, para la transformación económica. Buena parte de este excedente se concentraba en manos de quienes deseaban invertir en el progreso económico (...). Además Inglaterra poseía un extenso sector manufacturero altamente desarrollado y un aparato comercial todavía más desarrollado (...). 
El transporte y las comunicaciones eran relativamente fáciles y baratos, ya que ningún punto del país dista mucho más de los 100 km. del mar, y aún menos de algunos canales navegables (...). 
Esto no quiere decir que no surgieran obstáculos en el camino de la industrialización británica, sino sólo que fueron fáciles de superar a causa de que ya existían las condicione sociales y económicas fundamentales, porque el tipo de industrialización del siglo XVIII era comparativamente barato y sencillo, y porque el país era lo suficientemente rico y floreciente para que le afectaran ineficiencias que podían haber dado al traste con economías menos dispuestas.”
E. Hobsbawm. Industria e Imperio.

¿Cómo se produce la acumulación de este excedente?, ¿Por qué es necesario para conseguir el crecimiento económico?

Esta situación cambia durante los siglos XIX y XX como consecuencia de varios factores:
  • Las organizaciones obreras logran presionar a los gobiernos que, finalmente, deben intervenir en la economía para redistribuir mejor el excedente.
  • La formación de los imperios coloniales en África y Asia posibilitan una extraordinaria acumulación de excedente.  La burguesía consiente entonces en destinar una parte de los mismos a mejorar la situación del proletariado.
  • El crecimiento económico requiere unas inversiones que sólo se pueden realizar recurriendo a préstamos bancarios.  De esta forma la Banca se ira apropiando de una parte creciente de los excedentes gracias al cobro de los intereses.
"Inglaterra no puede prescindir de las colonias, pues sin colonias no hay comercio, sin comercio no hay marina y sin marina Inglaterra no pasaría de ser en Europa una potencia de tercer orden.  
Como consecuencia de la defección de sus colonias en el continente americano, Inglaterra se ve reducida a sus posesiones en las Antillas, a su extenso asentamiento en Asia ya sus factorías de África. Todas esas colonias juntas no bastan para abastecer su marina mercante, y por ende, su potencia marítima... Sus islas productoras de azúcar son muy inferiores a las nuestras. Sus posesiones asiáticas constituyen para ella una fuente inagotable de riquezas, pero su intercambio comercial queda limitado a artículos de lujo, no proporciona salida alguna a sus objetos manufacturados nacionales y no utiliza para ello más que un menguado número de barcos y de marineros. Otro tanto sucede con sus factorías de África (...) y la trata de negros que allí practica no tiene valor más que en la medida en que posea extensas plantaciones por cultivar allende los mares, en América.  
Es esa necesidad imperativa de poseer inmensas colonias que dependan de la metrópoli, que absorban sus productos manufacturados y que den trabajo a un inmenso plantel de marineros, lo que ha obligado, hasta ahora, al gobierno inglés a adoptar esa postura tan ciegamente obstinada de mantener a toda costa bajo su yugo a los insurrectos. Es precisamente esa necesidad, experimentada por la nación entera, la que la impulsa a realizar, hoy en día, ingentes esfuerzos y en la que se halla el origen del espíritu de animosidad que, excepción hecha del partido de la oposición, impera en contra de sus colonias sumidas en la rebelión."

Memoria del Conde de Broglie al Rey Luis XVI de Francia. Febrero 1776.

Actualmente la distribución del excedente en el sistema capitalista se desarrolla de la siguiente manera:
  • La mayor parte del excedente sigue concentrada en los propietarios de los medios de producción, sobre todo en manos de los principales accionistas de las grandes empresas que controlan la riqueza de un país, y los cuales perciben el grueso de los beneficios que genera la actividad económica.
  • El sector bancario es el otro gran beneficiario de la desigual distribución del excedente.  Su participación obedece a la importancia de las rentas originadas por el pago de intereses, consecuencia de créditos y préstamos previamente concedidos.  En concreto, la presencia bancaria está asegurada a tres niveles:
    • Préstamos y créditos concedidos a las empresas para la adquisición de capital.
    • Préstamos y créditos concedidos a la población para el consumo privado.
    • Créditos otorgados a organismos oficiales (Estado, gobiernos regionales, ayuntamientos) para el desempeño de sus funciones.
  • Para el conjunto de la población la participación en la distribución del excedente viene determinada básicamente por el volumen de las rentas salariales.  No obstante, y a modo de inciso, en las sociedades capitalistas desarrolladas, la población también puede beneficiarse de otros tipos de renta (posesión de tierras, inmuebles, participación en sociedades por acciones o el deposito de ahorros en entidades bancarias).  Volviendo al origen de este apartado, las rentas salariales, a su vez, dependen de varios factores:
    • Las jerarquías salariales impuestas desde la generalización del fordismo en función de la productividad.
    • Los propios beneficios empresariales.
    • La presión de los trabajadores a través de las organizaciones sindicales.
  • El Estado y demás entidades públicas reciben una parte del excedente a través de los impuestos y la explotación de recursos propios.  Estos excedentes se utilizan para financiar las funciones necesarias que desempeñan los organismos oficiales, y que pueden estar más o menos justificadas (construcción de obras públicas, mantenimiento del orden público, defensa exterior, adquisición de armamento,...).  Pero el Estado también puede disponer de ese excedente para desarrollar una política de distribución, es decir, modificar la distribución de la renta entre la población.  

La política de distribución puede beneficiar a los sectores mas necesitados de la población o, por el contrario, acentuar la apropiación del excedente en manos de los sectores ya privilegiados.  Para realizar la política de distribución el Estado utiliza los siguientes mecanismos:
  • Los impuestos cumplen una función redistributiva desde el momento en que no gravan por igual todas las rentas.  Igualmente, algunos sectores pueden beneficiarse de una exención de los impuestos.
  • Las transferencias son pagos que hace el Estado sin ninguna contraprestación a cambio.  Entre las transferencias que favorecen una distribución más justa se incluyen seguros por enfermedad, subsidios por desempleo, pensiones por jubilación, transferencias a la educación y la sanidad, subvenciones al transporte público o a los precios de los artículos básicos,...  Entre las transferencias que benefician a los sectores más favorecidos figuran subvenciones a empresas, oferta de suelo público para el desarrollo de actividades económicas, financiación de la investigación,...
  • Intervención en los mecanismos de mercado para evitar que los excedentes acumulados por un sector de la población sean muy elevados (aquí es donde los liberales económicos se llevan las manos a la cabeza, por se rompe con el principio de laissez faire, laissez passer).  Entre estas medidas podemos encontrar el establecimiento de salarios mínimos, fijación de precios, control de beneficios,...
En conclusión, la distribución del excedente en el sistema capitalista presenta las siguientes características:
  • Es una distribución que sigue siendo desigual pues, no en vano, la búsqueda del beneficio individual es el motor del capitalismo.  Además, que la intervención del Estado para redistribuir la renta, no hace sino acentuar aún más este carácter desigual.
  • Las mejoras en la distribución del excedente se ha debido al crecimiento económico y a la acumulación previa de beneficios.  Cuando la tasa de beneficios es suficientemente elevada los sectores más favorecidos consienten en repartir una parte de los mismos con los sectores mas desprotegidos.
  • Como consecuencia de lo anterior, los países con mayores niveles de riqueza (países desarrollados) presentan una mejor distribución del excedente y menores desigualdades sociales.  Por el contrario, los inferiores niveles de riqueza de los países subdesarrollados determinan que los sectores mas beneficiados no estén dispuestos a repartir parte de los excedentes producidos.

La distribución del excedente en el sistema socialista.

En el sistema socialista la distribución del excedente es formalmente equitativa puesto que todos los ciudadanos son propietarios de los medios de producción.  El Estado, como gestor último de la propiedad colectiva, se encarga de concentrar y distribuir el excedente económico.

La distribución igualitaria se asegura mediante los siguientes mecanismos:
  • Impuestos sobre las escasas actividades privadas que, de esta forma, ven limitados los beneficios.
  • Establecimiento de salarios mínimos para asegurar los niveles de vida de la población.
  • Precios subvencionados por el Estado para garantizar la adquisición de los artículos y servicios de primera necesidad (transporte público, carne, vivienda,...).
  • Gratuidad de la educación y de las prestaciones sanitarias.
  • Construcción y subvención de equipamientos y servicios colectivos (instalaciones deportivas, espectáculos,...).
No obstante dos factores han contribuido a que, en la práctica, la distribución del excedente no haya sido totalmente equitativa:
  • Al igual que en el capitalismo, el Estado debe absorber parte del excedente para financiar actividades esenciales y otras no tan justificadas como el armamento.
  • El despilfarro y la corrupción que se genera en la burocracia gestora supone una apropiación notable del excedente económico.
Cabe señalar que, debido a la deficiente productividad y los escasos rendimientos, el Estado se veía obligado a destinar una gran parte del excedente a la acumulación, con el fin de poder asegurar el crecimiento económico.  Por lo tanto, la parte de excedente que podía destinarse al consumo no productivo era muy reducida.  En consecuencia, los ciudadanos de los países socialistas tenían garantizada su subsistencia y la satisfacción de todas las necesidades básicas, pero el consumo privado se encontraba en niveles muy inferiores a los de occidente.

Sin embargo, en los países subdesarrollados que abordaban la transformación socialista, y en donde los niveles de consumo privado eran de principio muy reducidos, la población si podía beneficiarse de las medidas redistributivas del Estado.

¿Como sería la distribución de la renta en un modelo de economía mixta?


Bibliografía:

SANPEDRO, J.L. (2002).  El mercado y la globalización.  Madrid.  Destino.
STIGLITZ, J.E. (1993).  Economía.  Ariel.  Barcelona.

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