jueves, 23 de julio de 2015

El proceso de producción (I)

Factores de producción.

La producción es el proceso a través del cual una serie de recursos básicos es transformada para elaborar un producto.  Este producto puede ser un bien de naturaleza física o un servicio, es decir, una función que se realiza a petición de un usuario.

La Economía distingue varios tipos de bienes:
  • Según su carácter encontramos:
    • Bienes libres: se encuentran ilimitados en cantidad y no son propiedad de nadie (normalmente se usa el ejemplo del agua y aquí lo podemos matizar con el agua de los mares, puesto que el agua dulce en algunas partes del planeta es un bien escaso).
    • Bienes económicos: son bienes escasos en relación con los deseos que hay de ello y por tanto son objeto de estudio de la Economía.
  • Según su finalidad podemos encontrar los siguientes:
    • Bienes de consumo que se destinan a satisfacer las necesidades humanas de forma inmediata.
    • Bienes de capital o bienes de producción que se destinan a producir bienes de consumo u otros bienes de capital.  A su vez, estos bienes comprenden otros dos tipos:
      • Bienes de equipo que se utilizan para mejorar la eficacia del trabajo humano (maquinaria, instalaciones productivas,...).  Normalmente son bienes de inversión.
      • Bienes intermedios son bienes que están en curso de transformación para convertirse en bienes de consumo o de equipo.  También se les conoce como productos semielaborados (WIP: Work In Progress).
  • Según la duración se distinguen:
    • Bienes duraderos: de uso prolongado (un elemento de transporte o una máquina).
    • Bienes fungibles: solo admiten un uso (productos de limpieza como el papel higiénico).
    • Bienes perecederos: se ven afectador por el transcurso del tiempo (cualquier tipo de alimento o producto asociado a una fecha de caducidad).
  • Según la relación de los bienes entre sí podemos diferenciar (veremos la representación gráfica de este tipo de bienes a través de las curvas de indiferencia que mas adelante explicaremos):
    • Bienes concurrentes o sustitutivos que satisfacen una misma necesidad o similar (el recurrente ejemplo de la caña de azúcar y la remolacha o transporte público y vehículo privado).
    • Bienes complementarios donde el uso de uno implica necesariamente el uso del otro (todos los zapatos del par derecho se venden con el par izquierdo).
    • Bienes independientes que no ofrecen vinculación directa entre si.


  • Respecto a como evoluciona la demanda de los bienes económicos ante variaciones en el nivel de renta de los consumidores distinguimos entre bienes normales y bienes inferiores.  Cuando al aumentar la renta de los consumidores desean adquirir una mayor cantidad de un bien, estaremos ante un bien normal.  Si, por el contrario, la cantidad que desean comprar disminuye, se tratará de un bien inferior.  Un caso particular de los bienes inferiores son los bienes Giffen donde ante un aumento en el precio de un bien, el consumidor deseará adquirir aun más unidades del mismo, ¿que ejemplos se nos pueden venir a la cabeza (pista: se dan en casos de pobreza extrema).
  • También podemos clasificar los bienes entre públicos y privados:
    • Bien privado: donde rige la propiedad de incompatibilidad, es decir, las unidades básicas no se comparten ligado al momento de consumo (por ejemplo un vaso de agua que me he bebido no se lo puede beber otra persona).
    • Bien  público o bien social son aquellos en que las unidades básicas pueden ser compartidas por los consumidores y deben cumplir con dos principios: 
      • no rivalidad: hacer uso de un bien no limitar a nadie para poder hacerlo también (escuchar un programa de radio, ver una película en televisión,...).
      • no exclusión:  una vez pagado otro puede disfrutarlo.  Es aquí donde la Economía introduce el concepto del free-ryder o gorrón y un buen ejemplo es el pago de impuestos para la educación cuando existen niños que reciben dicha educación de padres que evitan el pago de dichos impuestos o evaden parte de los mismos, otro ejemplo mas sencillo es cuando en el transporte público se cuela una persona por los tornos de la estación: en inglés también se denomina este concepto como viajero sin billete o polizón).
Los recursos o elementos básicos utilizados en el proceso de producción se denominan factores productivos o de producción.  Habitualmente se clasifican en tres categorías: TIERRA, CAPITAL y TRABAJO.


Los factores productivos se combinarán de la forma que se considere oportuna (dando respuesta a cómo se produce), con el fin de producir los bienes arriba clasificados (dando respuesta a qué se produce) y que serán repartidos de alguna manera (veremos que no es aleatorio) entre los ciudadanos (dando respuesta a para quién se produce).

Factores de producción: Tierra.

Su importancia es fundamental en las actividades agrarias pero actualmente se utiliza en el sentido amplio que abarca desde el espacio físico sobre el que se desarrolla la actividad económica (biodiversidad, paisaje, clima,...) hasta los recursos naturales que contiene (madera, petróleo, hierro, terrenos de labor, aire puro, agua potable...).  Este es un factor productivo que ha sido estudiado con menor detenimiento por la Economía aunque últimamente se observan avances en su estudio en materias como la Economía Ecológica o la Economía Ambiental.

Factores de producción: Capital.

Es el conjunto de recursos de origen no humano ni natural que intervienen en el producción.  Mejoran la eficacia del trabajo humano y potencian la producción.  El capital, en cuanto factor de producción se refiere:
  • al capital físico (maquinaria, instalaciones,...)
  • al capital financiero (fondos disponibles para la compra de capital físico o activos financieros), y
  • al capital humano formado por la educación, formación profesional y el conjunto de conocimientos que incrementan la eficacia del trabajo.  
Ni el capital financiero ni el capital humano serían factores de producción propiamente dichos aunque a efectos de explicación, clasificación y aclaración es conveniente mencionarlos.

Este factor productivo esta compuesto por bienes producidos por el hombre y que sirven para producir bienes o servicios finales.

El capital físico equivale a los bienes de producción.  Se puede clasificar en dos grupos:
  • Capital fijo: es el capital de incorporación y permanece de forma estable en el proceso productivo como por ejemplo maquinaria, edificios para la producción y todo tipo de instalaciones.
  • Capital circulante: es el capital que cambia sucesivamente de forma como las materias primas o productos semielaborados.
Dicho capital esta sujeto a depreciación, ya sea por su uso o desgaste, ya sea porque se vuelva anticuado (obsolescencia).  Para que la capacidad productiva de las empresas y de los países se pueda mantener e incrementar es necesario reemplazar ese capital. 

Factores productivos: Trabajo.

Es la actividad manual o intelectual que interviene en la producción.  Es el factor productivo básico y depende de la cantidad y cualificación de la parte de la población que interviene en la producción.  A tal fin, se suele clasificar a la población en población activa y población inactiva.
  • Por población activa se entiende al conjunto de personas que se dedican directamente a la producción de bienes y servicios o que, sin intervenir realmente en la actividad productiva, se encuentran disponibles para la misma.  Esta definición nos obliga por lo tanto a distinguir entre población ocupada y población parada:
    • Población ocupada es la población que dispone de un trabajo remunerado aunque sea estacional o a tiempo parcial.
    • Población parada es la población que estando en condiciones físicas y mentales aptas para trabajar no encuentra un puesto de trabajo aunque lo solicite.
  • La población inactiva es aquella que no realiza actividades productivas remuneradas y, por lo tanto, su principal función económica es la de consumir.  Constituye un amplio y heterogéneo grupo que incluye jubilados o retirados, población infantil, estudiantes, personas dedicadas a las labores del hogar, rentistas, incapacitados físicos o psíquicos, personas que reciben algún tipo de asistencia benéfica o, finalmente, aquellos individuos que estando disponibles para trabajar no solicitan un empleo.
El volumen de población activa depende de dos factores demográficos básicos: la edad y la distribución por sexos.

La distribución de la población por edades determinar el porcentaje de población activa que incluye a los individuos comprendidos entre los 16 y 67 años (dato de España, con posibilidad de jubilarse a los 65 si se han trabajado 38 años y 6 meses - consultar dato -).  En los países subdesarrollados, con un claro predominio de la población inferior a los 16 años, la tasa de población activa es mucho mas reducida que en los países desarrollados, donde es patente el predominio de poblaciones maduras; por el contrario, en estos países se produce una progresiva disminución de la población activa debido al envejecimiento y al incremento en el número de jubilados.

Por otro lado, la distribución de la población por sexos influye en la medida en que la mujer ha ido incorporándose al mundo laboral.   En este sentido, los antiguos estados socialistas disponían de elevadas tasas de población activa por la casi absoluta incorporación femenina en el mundo laboral (el Estado velaba por la existencia de guarderías y escuelas infantiles).  En los países desarrollados el nivel cultural y el estilo de vida, junto a unas tasas de natalidad muy bajas, favorecen una mayor tasa de población activa femenina.  Por el contrario, en los países subdesarrollados factores culturales o sociológicos, dificultan la incorporación de la mujer al trabajo remunerado.  No obstante, el papel que desempeña la mujer de estos países en determinadas actividades agrícolas de ámbito familiar hacen compleja su exclusión de la población activa (situación que apenas ha cambiado en estos últimos 25 años).

El grado de asistencia social también influye en la importancia de la población activa.  El Estado debe hacer un importante esfuerzo en gasto asistencial (educación, pensiones,...) contando con las aportaciones de una población activa limitada, provocando la existencia de déficit público (es decir, buscar fuentes de financiación externas a la economía que puedan mantener el sistema actual).

La propia actividad económica influye en la distribución de la población activa.  Las regiones dinámicas económicamente experimentan la afluencia de inmigrantes jóvenes, que proporcionan mano de obra barata y abundante para seguir estimulado la economía.  Por el contrario, las regiones deprimidas sufren la emigración de sus jóvenes y la pérdida de mano de obra que posibilita su desarrollo económico.

A nivel internacional, los países que han disfrutado de un fuerte crecimiento económico con necesidad de mano de obra han favorecido la inmigración de trabajadores extranjeros.  A su vez, los países mas atrasados han facilitado esta emigración que les ha permitido reducir sus tasas de paro y les ha suministrado un capital financiero procedente de las remesas de dinero que los emigrantes envían a sus familias.

En la actualidad la cualificación de la mano de obra es mas importante que la cantidad, pues el desarrollo tecnológico y la automatización de la actividad productiva requieren una fuerza de trabajo con una elevada formación.  A tal fin, los gobiernos dedican una parte importante de sus recursos a mejorar los sistemas educativos y la formación profesional.  Las empresas también reinvierten parte de los beneficios en el reciclado profesional de sus trabajadores.  En los países subdesarrollados, con menores recursos económicos, la cualificación profesional es mas deficiente subsistiendo en algunos lugares con altas tasas de analfabetismo (Informe Unesco 2015).

Un fenómeno de creciente importancia en los últimos años es el paro estructural.  El paro estructural es el que se mantiene estable en una sociedad independientemente de los ciclos económicos y se muestra inalterable incluso en fase de prosperidad.

Los factores que determinan la existencia de paro estructural pueden ser varios:
  • Edad de la población.  Los países con importantes porcentajes de población joven tendrán mas dificultades para reducir el paro ya que continuamente se incorporan grandes cantidades de individuos al mercado laboral.  Por lo tanto, los países subdesarrollados tienen tasas de paro más elevadas que los países desarrollados, que cuentan con poblaciones envejecidas.
  • Recursos económicos.  La disponibilidad de recursos económicos facilita la inversión y estimula la actividad económica, con la subsiguiente creación de empleo.  Nuevamente los países subdesarrollados se encuentran en peores condiciones que los países desarrollados.
  • Desarrollo tecnológico.  La automatización y mecanización de los procesos productivos, fundamentalmente en los países desarrollados, afecta doblemente a la población activa:
    • Sustituye mano de obra directa por nuevas profesiones como programadores, técnicos de gestión, investigadores,...
    • Si la tasa de sustitución del empleo generado por la sustitución de mano de obra directa por nuevas profesiones no compensa la pérdida de trabajo por el desarrollo tecnológico, se incrementa la tasa de paro (en media la automatización genera un puesto de trabajo por tres que ya no se pueden recuperar debido al cambio tecnológico).
En ocasiones el paro se oculta artificialmente bajo el subempleo, es decir, puestos de trabajo improductivos o innecesarios.  El subempleo ha sido un fenómeno importante en dos tipos de países:
  • Los antiguos Estados socialistas con el fin de conseguir bajas o nulas tasas de paro.
  • Los países subdesarrollados donde muchos individuos practican actividades improductivas como la venta ambulante, profesiones callejeras o de servicio doméstico.  Dichas actividades constituyen el llamado sector terciario parasitario.
El paro plantea graves problemas económicos:
  • En los países desarrollados origina un fuerte gasto del Estado, que debe garantizar al parado unas mínimas condiciones de vida mediante subsidios de desempleo y demás prestaciones sociales (¿tendríamos aquí ejemplos de free-ryders?.  Por otra parte, el parado ve reducido su poder de compra y consume menos, lo que afecta negativamente a la economía.
  • En los países subdesarrollados las altas tasas de paro determinan que los niveles de consumo sean muy reducidos, por lo que la demanda no puede estimular la economía.  Además, la abundancia de mano de obra sin empelo facilita que los salarios sean reducidos (muchas personas ofreciendo su trabajo a cambio de un sueldo), de forma que no hay alicientes para invertir en maquinaria y tecnología.
Otro dato importante es la distribución de la población por ramas de la actividad económica.  Según este criterio se suele clasificar a la población en tres categorías: sector primario (agricultura, ganadería, pesca y minería), sector secundario (transformación de productos brutos en productos elaborados como industria y artesanía) y sector terciario (donde se ofrecen servicios).  Atendiendo a la importancia de la población empleada en cada uno de estos sectores podemos distinguir varios grupos de países:
  • Países con predominio del sector primario: normalmente países subdesarrollados donde la agricultura apenas esta mecanizada y aún necesita grandes cantidades de mano de obra.
  • Países con predominio del sector secundario: son aquellos países que han iniciado su proceso de industrialización y todavía no han alcanzado un periodo de maduración del mismo (el sector primario empieza a retroceder y el sector servicios a crecer).
  • Países con predominio del sector terciario: encontramos países con agricultura muy mecanizada, industria automatizada y las actividades mas importantes de su economía están relacionadas con la administración, gestión, ocio,...  En algunas literaturas podemos encontrar con la inclusión de un sector cuaternario que vendría a complementar a los sectores primario, secundario y terciario con el valor intangible de la información, abarcando la gestión y distribución de dicha información (semejante a una capa de servicios).

Bibliografía:

MANKIW, N.R. (2002).  Principios de Economía.  McGraw-Hill.  Madrid.
SAMUELSON, P.A. (1999).  Economía.  McGraw-Hill.  Madrid.
SLOMAN, J. (1997).  Introducción a la Macroeconomía.  Prentice-Hall.  Madrid.
STIGLITZ, J.E. (1993).  Economía.  Ariel.  Barcelona.

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